Reinventarse en el mercado laboral argentino: nuevas habilidades para nuevos tiempos
En un contexto de transformación profunda, el mercado laboral argentino redefine sus prioridades. Mientras sectores tradicionales como la construcción o la industria manufacturera atraviesan un proceso de retracción, otras industrias —como la tecnología, la minería y el petróleo— emergen como polos de crecimiento. Esta dinámica plantea un desafío urgente: ¿cómo pueden reconvertirse quienes provienen de rubros en declive?
La respuesta parece estar en la formación continua, la flexibilidad y una actitud abierta al cambio. La reconversión laboral requiere planificación, esfuerzo y acceso a herramientas concretas. Hoy, la empleabilidad no está atada a un título de décadas atrás, sino a la capacidad de adquirir nuevas habilidades y adaptarse a contextos cambiantes.
Cinco claves para la reinvención profesional
Especialistas destacan cinco ejes fundamentales para enfrentar este proceso:
- Educación continua: cursos cortos, certificaciones y capacitaciones digitales permiten actualizarse en áreas de alta demanda como programación, gestión de proyectos o ciberseguridad.
- Habilidades transferibles: competencias como la comunicación, la resolución de problemas o el pensamiento crítico son valoradas en cualquier sector.
- Networking profesional: vincularse en espacios de intercambio y plataformas como LinkedIn puede abrir nuevas oportunidades laborales.
- Adaptabilidad: explorar roles fuera del área de experiencia puede ser clave para el cambio.
- Asesoramiento profesional: un coach o mentor puede ayudar a trazar un plan estratégico y realista.
Hoy más que nunca es fundamental apostar a la capacitación continua y al desarrollo de competencias que permitan adaptarse a nuevas realidades.
El rol de las empresas
Las organizaciones también deben acompañar este cambio. Se destaca la importancia de fomentar ambientes laborales flexibles, adoptar tecnología en los procesos de selección y brindar oportunidades de crecimiento reales. La movilidad interna, por ejemplo, permite reubicar talento existente y fortalecer la cultura organizacional.
¿Y los trabajadores mayores?
Lejos de ser una traba, la edad puede jugar a favor. Según especialistas, no hay límites por edad, sino barreras culturales. La educación ya no debe estar limitada a etapas específicas de la vida. Incluso, muchos profesionales mayores de 50 muestran una gran apertura para incorporar nuevos aprendizajes y adaptarse a los cambios.
La experiencia acumulada de quienes atravesaron diferentes ciclos económicos puede ser clave en roles de liderazgo. Si a eso se suma la apertura hacia la tecnología, estos perfiles se vuelven altamente competitivos.
La transformación no implica desaparición
La mayoría de los expertos coinciden en que no se trata de que ciertos trabajos desaparezcan, sino de que evolucionan. Áreas como la logística y el comercio exterior, por ejemplo, ya no son solo operativas: requieren análisis de datos en tiempo real y habilidades estratégicas.
Desde Bumeran, su equipo indica que la implementación de IA está cambiando el contenido de muchos roles. Tareas rutinarias se automatizan, y los trabajadores se orientan hacia funciones más creativas o estratégicas.
Un dato clave del estudio IA en el trabajo 2025: las personas de entre 31 y 50 años son las que más integran herramientas de inteligencia artificial en su trabajo (60%), seguidas por el grupo de más de 51 años (27%).
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