Desde hace varios días se encendieron las alarmas en Salta tras conocerse el caso de una menor de una comunidad wichí que cursa un embarazo y que se había encadenado en la Ciudad Judicial de Tartagal para manifestar su decisión de no interrumpir la gestación. Con el correr del tiempo, se fueron conociendo más detalles sobre la situación y el abordaje realizado por el sistema de salud.

La jefa de Atención Primaria de la Salud (APS) de Tartagal, Emilse Paliza, explicó cómo se detectó el embarazo y cuáles fueron los pasos que se siguieron desde el primer momento. “En las visitas domiciliarias, identificamos a través del interrogatorio que realiza el agente sanitario una sospecha de embarazo”, indicó.

Ante esa situación, el equipo de salud actuó de manera inmediata. “Al día siguiente acudimos al domicilio de la paciente junto a su familia, acompañados por una psicóloga y la directora de APS, para brindar toda la asesoría legal que corresponde”, señaló Paliza. En ese marco, tanto la familia como la persona gestante manifestaron su decisión de continuar con el embarazo, lo que activó el protocolo de resguardo integral de la salud de la madre y del niño.

A partir de allí, se iniciaron los controles médicos correspondientes, con las primeras ecografías, el seguimiento clínico y el cumplimiento del calendario de vacunación. La jefa de APS aclaró que se trataba de un embarazo reciente al momento de la detección y que se respetó la decisión familiar, haciendo hincapié en la responsabilidad que implica la gestación y la importancia de los controles prenatales.

“Solicitamos a los agentes sanitarios una planificación de visitas cada 15 días, entendiendo los riesgos que pueden surgir a lo largo del embarazo”, explicó Paliza, quien además precisó que la menor fue captada por el sistema de salud en la semana 8 de gestación y que actualmente se encuentra cerca de la semana 20.

En relación a la interrupción del embarazo, Paliza aseguró que se actuó conforme a los protocolos vigentes. “El agente sanitario se maneja con un instructivo y, ante cualquier situación de embarazo, una de las opciones es ofrecer la interrupción legal, con el acompañamiento y asesoramiento que corresponde”, afirmó.

Respecto a los riesgos de un embarazo a tan temprana edad, la funcionaria detalló que “son múltiples, porque se genera en un cuerpo que no está totalmente desarrollado ni madurado”. Entre las posibles complicaciones mencionó el aumento de la presión arterial, el parto prematuro y la anemia. No obstante, destacó que el acompañamiento frecuente permite detectar a tiempo cualquier alarma y dar respuestas inmediatas.

Finalmente, Paliza confirmó que la menor cumplió recientemente 12 años y que cuenta con el acompañamiento de su núcleo familiar y del sistema de salud. “Está contenida por su papá y su mamá, y el sistema de salud conoce cuáles son las herramientas que puede ofrecer ante estas situaciones. Cualquiera hubiera sido la decisión, el sistema de salud iba a acompañar de la manera que sabemos hacerlo”, concluyó.