El Gobierno Nacional enviará al Senado el proyecto de reforma laboral que buscará debatirse durante las sesiones extraordinarias y que introduce profundas modificaciones en las reglas del empleo registrado, el cálculo de indemnizaciones y el funcionamiento de los sindicatos. La iniciativa, presentada como una herramienta para “reducir el costo laboral y fomentar el empleo formal”, redefine elementos centrales del sistema laboral argentino vigente desde hace décadas.

Indemnizaciones: menos conceptos incluidos y un nuevo fondo obligatorio

Uno de los ejes centrales del proyecto es la modificación de la base indemnizatoria. La iniciativa excluye del cálculo conceptos como vacaciones, aguinaldo, premios, propinas y beneficios sociales, que dejarán de ser considerados salario a los fines de determinar el monto por despido sin causa.

Además, propone la creación del Fondo de Asistencia Laboral (FAL), un esquema obligatorio financiado con una contribución mensual del 3% a cargo de las empresas, que se descontará luego de los aportes patronales al SIPA. El fondo funcionará como un mecanismo de financiamiento para resarcimientos laborales, reduciendo la carga directa de las empresas al momento de un despido.

Vacaciones fraccionadas, banco de horas y cambios en las licencias

El proyecto habilita formalmente el fraccionamiento de las vacaciones en períodos mínimos de siete días, una práctica que ya se aplica en algunos sectores. También incorpora la creación del “banco de horas”, que permite compensar horas extras con francos, en lugar de pagarlas como recargo salarial.

En cuanto a las licencias por enfermedad, se crea una junta médica para resolver discrepancias entre profesionales y se introduce la posibilidad de ajustar el salario cuando el trabajador sea reubicado en una categoría o jornada distinta por motivos de salud.

Fuerte recorte de contribuciones patronales

La iniciativa contempla una significativa reducción de cargas patronales, tanto para nuevas relaciones laborales como para trabajadores ya registrados.
Para nuevas contrataciones, durante el primer año se fijan alícuotas reducidas:

• 2% para SOPA, FNE y RNAF
• 3% para INSSJP
• 3% para el FAL

En empleo ya registrado se disminuirá un 6% el aporte a las obras sociales, afectando directamente las finanzas sindicales. Además, se reducen los aportes patronales destinados al sistema previsional y de seguridad social:

• De 20,40% a 17,40% para servicios y comercios de mayor tamaño.
• De 18% a 15% para el resto de los empleadores privados.

Golpe al modelo sindical: sin ultraactividad y con límites a huelgas y asambleas

El proyecto avanza con una modificación estructural del régimen sindical argentino:

• Elimina la ultraactividad, es decir, la continuidad automática de los convenios colectivos vencidos.
• Fortalece la posibilidad de que los convenios por empresa prevalezcan sobre los convenios de actividad, modificando la actual jerarquía normativa.
• Permite flexibilizar la obtención de la personería gremial para sindicatos de empresa.
• Regula un régimen de servicios esenciales en caso de huelga y limita el tiempo de asambleas, dejando claro que los trabajadores no devengarán salario durante su realización.
• Declara como infracciones graves los bloqueos y tomas de establecimientos, uno de los puntos más resistidos por el movimiento obrero.

Prueba laboral sin preaviso y cambios en la contratación

La iniciativa también elimina la obligación de las empresas de otorgar preaviso durante el periodo de prueba, lo que reduciría costos en los primeros meses de vínculo laboral.

Además, redefine conceptos salariales y habilita el llamado “salario dinámico”, que puede incorporar montos variables por mérito pero que queda excluido del cálculo de indemnizaciones.

Presentación oficial y expectativas

El proyecto será presentado en una conferencia encabezada por el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, y el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, quienes integran el denominado “Consejo de Mayo”. Desde el Gobierno sostienen que la reforma apunta a modernizar el mercado laboral y dinamizar la generación de empleo.

Sin embargo, especialistas, sindicatos y sectores opositores advierten que se trata de la reforma más profunda en décadas, con un fuerte impacto sobre la negociación colectiva, la indemnización por despidos y el poder sindical.

El Senado tendrá ahora la responsabilidad de iniciar el debate de una propuesta que promete tensiones políticas, resistencias gremiales y un áspero tratamiento legislativo.