El entrenador de Boca Juniors, Miguel Ángel Russo, fue dado de alta este viernes tras permanecer internado tres días en la clínica Fleni por una infección urinaria. El DT de 69 años regresará a su casa para completar la recuperación durante el fin de semana, con la intención de reincorporarse a los entrenamientos el lunes.

La complicación de salud se detectó el martes 2 de septiembre, durante un chequeo de rutina. Una bacteria resistente obligó a internarlo y recibir tratamiento con antibióticos intravenosos, además de hidratación constante. Durante su estadía, Russo estuvo acompañado por su hijo Ignacio, delantero de Tigre.

En su ausencia, el cuerpo técnico encabezado por Claudio Úbeda y Juvenal Rodríguez se hizo cargo de las prácticas y resolvió darle descanso al plantel durante el fin de semana.

El apoyo del fútbol argentino

La noticia de la internación generó numerosas muestras de afecto hacia Russo. Uno de los mensajes más resonantes fue el de Guillermo Barros Schelotto, actual DT de Vélez y ex jugador de Boca, quien deseó una pronta recuperación: “Ojalá se recupere y vuelva pronto al banco. Es una persona muy querida y respetada en el fútbol argentino”.

El Mellizo compartió equipo con Russo en 2007, cuando Boca conquistó la Copa Libertadores en el primer ciclo del entrenador en el club.

Una vida marcada por la resiliencia

La salud de Russo ya había sido motivo de preocupación en 2017, cuando dirigía a Millonarios de Colombia y fue diagnosticado con cáncer de próstata. En ese momento, continuó al frente del equipo, al que llevó a consagrarse campeón del Torneo Finalización, convirtiéndose en un ejemplo de fortaleza para el ambiente futbolístico.

Hoy, su regreso al banco xeneize es esperado con expectativa. En este tercer ciclo en Boca, Russo dirigió 11 partidos y logró tres triunfos consecutivos antes de su internación. Ahora, su vuelta será clave en la pelea del equipo en la Copa Argentina, el Torneo Clausura y la búsqueda de un lugar en la Tabla Anual.

Fuente: medios/LosAndes