La confesión de Lautaro luego de que el Inter avanzara de ronda

Contra todo pronóstico y desoyendo incluso los consejos más cercanos, Lautaro Martínez escribió una de las páginas más heroicas de su carrera. El delantero argentino, que había sufrido una lesión en la ida ante Barcelona, se recuperó en tiempo récord y fue protagonista absoluto en la vuelta: marcó el primer gol de la agónica victoria 4-3 del Inter en el Giusseppe Meazza, resultado que metió al equipo en la gran final de la Champions League.

“Mi mamá no quería que juegue”, confesó Lautaro con el corazón en la mano tras el partido, visiblemente emocionado. “Ella sufre cuando no estoy bien. Pero yo quería estar, estos son los partidos donde uno sueña con estar adentro. Hice el esfuerzo, valía la pena”, dijo en diálogo con Movistar Plus+.

El esfuerzo no fue menor. Durante la semana previa, el campeón del mundo con Argentina trabajó a contrarreloj para estar a disposición del cuerpo técnico. “Los primeros días estuve llorando en casa, no era lo que quería. Hice doble sesión todos los días. Puse todo para llegar”, confesó en una entrevista con Sky Sports Italia. El resultado fue una actuación decisiva en una noche inolvidable para los hinchas nerazzurri.

Con el boleto a la final del 31 de mayo en mano —donde enfrentará al ganador de la serie entre PSG y Arsenal—, Lautaro también hizo hincapié en el deseo colectivo del plantel: “Desde que perdimos aquella final sabíamos que éramos capaces. Ahora tenemos otra chance de entrar en la historia grande del club”.

Más allá del presente inmediato, el atacante de Bahía Blanca también sigue haciendo historia personal. Con su gol frente al Barça, alcanzó los 151 goles en 330 partidos con la camiseta del Inter, superando marcas históricas y consolidándose como el sexto máximo goleador del club. Ya dejó atrás a Benito Lorenzi y se aproxima a Luigi Cevenini, quien ocupa el quinto puesto con 158 tantos.

En una institución marcada por leyendas como Giuseppe Meazza, Alessandro Altobelli o Sandro Mazzola, el “Toro” se gana su lugar a fuerza de goles, sacrificio y un amor inquebrantable por la camiseta. Aunque todavía adolorido, como él mismo reconoció, Lautaro ya piensa en lo que viene: “Primero la liga, después la final. Vamos paso a paso, pero el sueño está intacto”.