Estados Unidos interceptó este sábado un segundo buque petrolero que había zarpado desde Venezuela con destino a refinerías asiáticas, en el marco de la estrategia de la Casa Blanca para presionar al gobierno de Nicolás Maduro y restringir sus fuentes de financiamiento. Desde el chavismo calificaron el operativo como un “acto de piratería naval”.

El buque interceptado es el Centuries, que navega bajo bandera de Panamá, aunque fuentes citadas por The New York Times lo vinculan con intereses chinos. La acción se produjo en alta mar, luego de que se difundieran imágenes en las que se observa a fuerzas estadounidenses rodeando al carguero.

Según informó la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, la operación se llevó a cabo antes del amanecer del 20 de diciembre. “La Guardia Costera de Estados Unidos, con apoyo del Departamento de Defensa, interceptó un petrolero que había atracado por última vez en Venezuela”, señaló en un comunicado difundido en la red social X.

Junto al mensaje, Noem publicó un video de casi ocho minutos en el que se ve un helicóptero sobrevolando la cubierta del petrolero durante el procedimiento. “Estados Unidos continuará persiguiendo el movimiento ilícito de petróleo sancionado que se utiliza para financiar el narcoterrorismo en la región. Los encontraremos y los detendremos”, afirmó la funcionaria.

Desde el gobierno venezolano, la reacción fue inmediata y contundente. La vicepresidenta Delcy Rodríguez denunció que se trató de un “robo y secuestro” del segundo petrolero en pocos días y habló de una “desaparición forzada” de la tripulación del Centuries. “Estos actos no quedarán impunes. Los responsables responderán ante la justicia”, advirtió en un comunicado oficial.

Hasta el momento, Donald Trump no realizó declaraciones directas contra el líder chavista, aunque la intercepción del buque refuerza el endurecimiento de la presión estadounidense sobre el régimen de Maduro.