14 de mayo de 2025

El lado oscuro del azúcar: cómo un ingrediente cotidiano afecta nuestra salud

Presente en la mayoría de las cocinas, el azúcar es mucho más que un simple endulzante. Aunque forma parte habitual de nuestra dieta diaria, pocas personas son conscientes de su presencia oculta: se estima que cerca del 60% de los alimentos y bebidas que consumimos contienen algún tipo de azúcar añadido.

Una simple lata de gaseosa cola puede contener hasta 10 cucharaditas de azúcar. Pero el problema no se limita a los productos claramente dulces: una lata de sopa de tomate, por ejemplo, puede aportar entre 7 y 8 cucharaditas, sin que muchos consumidores lo adviertan.

Este consumo excesivo no pasa desapercibido para los expertos en salud, que advierten sobre sus múltiples efectos negativos. Desde una perspectiva neurológica, se ha comprobado que el azúcar, cuando se consume en exceso y de forma prolongada, puede modificar las vías neuronales del cerebro. Algunos científicos incluso plantean que este ingrediente podría estar relacionado con la adicción a la comida, al activar el sistema de recompensa dopaminérgico. Es decir, lo que realmente nos engancha no sería el azúcar en sí, sino el placer inmediato que sentimos al consumirlo.

El panorama se complica aún más cuando entra en juego el factor emocional. Diversos estudios sugieren que el estrés y ciertos estados de ánimo pueden incrementar el deseo de consumir azúcar, como una forma inconsciente de calmar sensaciones de tristeza o ansiedad.

Los riesgos físicos también son contundentes: sobrepasar las recomendaciones diarias —seis cucharaditas para mujeres y nueve para hombres, según organizaciones de salud— puede provocar caries, fatiga crónica, diabetes tipo 2, obesidad y enfermedades cardiovasculares.

En definitiva, lo que parece un aliado cotidiano en la cocina puede convertirse, silenciosamente, en un enemigo de la salud. Tomar conciencia de su consumo es un paso fundamental hacia una alimentación más equilibrada.