El Gobierno nacional autorizó, a través del Decreto 697/2025, el ingreso de personal de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos al país entre el 20 de octubre y el 15 de noviembre para participar del ejercicio combinado “Tridente”, que se desarrollará en las bases navales de Mar del Plata, Ushuaia y Puerto Belgrano. Paralelamente, aprobó el envío de efectivos argentinos a Puerto Varas, Chile, para el Ejercicio “Solidaridad”, que se realizará del 5 al 15 de octubre con foco en la coordinación de respuestas ante catástrofes y desastres naturales.
La medida, sin embargo, abrió un debate institucional: la Constitución Nacional establece que la entrada de tropas extranjeras o la salida de fuerzas nacionales requiere autorización del Congreso. Desde la Casa Rosada señalaron que el proyecto fue remitido al Poder Legislativo, aunque aún no fue tratado en la Cámara de Diputados.
El Ejecutivo defendió la decisión a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), argumentando que “la naturaleza excepcional de la situación planteada hace imposible seguir los trámites ordinarios previstos en la Constitución Nacional para la sanción de las leyes”. De esta manera, el decreto ya se encuentra en vigencia, aunque el Congreso conserva la potestad de rechazarlo. La Comisión Bicameral de Trámite Legislativo tiene diez días hábiles para dictaminar sobre su validez.
Según lo detallado en el texto oficial, a la Argentina llegarán 30 efectivos de la Naval Special Warfare (NSW), considerada la élite de las Fuerzas Especiales estadounidenses, especializada en operaciones antiterroristas, rescates de rehenes y misiones en ámbitos marítimos y marítimo-terrestres. El Gobierno remarcó que el objetivo será llevar adelante operaciones navales conjuntas, entrenamientos de asistencia humanitaria y la “integración doctrinal” con la Armada de Estados Unidos.
En los considerandos se advirtió que no participar de estos ejercicios “afectaría significativamente el adiestramiento de las fuerzas argentinas y debilitaría la cooperación internacional”. También se destacó que los encuentros buscan mejorar la interoperabilidad y la estandarización de procedimientos entre ambas armadas.
En cuanto al despliegue en Chile, el Ejecutivo precisó que la participación argentina tiene como meta “fortalecer los vínculos de integración” con las Fuerzas Armadas trasandinas, fomentando la transparencia y la confianza mutua. En ese sentido, se subrayó que el ejercicio “Solidaridad” apunta a consolidar vínculos estratégicos en la región y a reforzar la cooperación en situaciones de emergencia y desastres naturales.
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