Rosario Central se quedó con una nueva edición del clásico rosarino al superar por 1 a 0 a Newell’s Old Boys en el Gigante de Arroyito. El único tanto del encuentro lo marcó Ángel Di María, con un tiro libre inolvidable que desató la locura en el pueblo canalla.
El partido fue tan intenso como suele ser cada cruce entre los eternos rivales. Mucha pierna fuerte, roces constantes y escasas llegadas de peligro marcaron la primera mitad, en la que el cero parecía inamovible. En el complemento, la Lepra tuvo la chance más clara a los 14 minutos, cuando Carlos González quedó frente a Jorge Broun, pero su definición se fue por arriba del travesaño.
Cuando todo parecía encaminarse a un empate sin emociones, apareció la magia del campeón del mundo. A los 37’, Di María ejecutó un tiro libre desde larga distancia y la pelota viajó directo al ángulo del arco defendido por Juan Espínola. El Gigante estalló y el “Fideo” fue envuelto por un abrazo colectivo de sus compañeros, que no podían creer la obra maestra que acababan de presenciar.
En medio de la calentura por la desventaja, el defensor Luciano Lollo se fue expulsado y dejó a Newell’s con diez jugadores. Cristian Fabbiani buscó la reacción con cambios ofensivos, pero Central sostuvo la ventaja y se quedó con una victoria para el recuerdo.
El Canalla volvió a festejar ante su clásico rival, con un tiro libre exquisito que quedará grabado en la memoria de los hinchas y en la ya brillante carrera de Ángel Di María, especialista en escribir capítulos dorados cuando más lo necesitan sus equipos.
Fuente: medios
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