13 de noviembre de 2025

Respiración diafragmática: una técnica simple para reducir el estrés y mejorar la concentración

En medio del ritmo acelerado de la vida cotidiana, existe un recurso accesible, gratuito y científicamente comprobado para calmar el sistema nervioso y recuperar el enfoque en cuestión de minutos: la respiración diafragmática.

Esta técnica, también conocida como respiración abdominal, activa el sistema nervioso parasimpático, responsable de las respuestas de relajación del cuerpo, reduciendo la tensión muscular y ayudando a bajar los niveles de estrés y ansiedad. No requiere equipamiento ni experiencia previa, solo unos pocos minutos de práctica constante.

Cómo funciona

A diferencia de la respiración superficial del pecho, la diafragmática dirige el aire hacia el abdomen, permitiendo que el diafragma se expanda y contraiga plenamente. Este movimiento mejora la oxigenación, disminuye la hiperventilación torácica y relaja zonas donde suele acumularse tensión, como el cuello y los hombros.

Muchas personas notan cambios perceptibles en el ritmo cardíaco y la sensación de calma después de apenas dos a cinco minutos de práctica. Es ideal para incorporar en pausas laborales, antes de una reunión exigente o como cierre de una jornada intensa.


Cómo practicarla paso a paso

  1. Sentate o recostate en una posición cómoda, con la espalda relajada.
  2. Colocá una mano sobre el abdomen y otra en el pecho.
  3. Inhalá por la nariz durante 4 segundos, llevando el aire hacia el abdomen (debe elevarse la mano inferior).
  4. Retenelo 1 o 2 segundos sin forzar.
  5. Exhalá lentamente por la boca durante 6 a 8 segundos, como si empañaras un vidrio.
  6. Repetí entre 8 y 12 ciclos respiratorios.

Cuándo usarla

  • Antes de reuniones o momentos de concentración, para ordenar ideas.
  • Después de entrenamientos suaves, como parte de la vuelta a la calma.
  • Previo al descanso nocturno, con luces bajas y sin pantallas.

Consejos para mantener el hábito

  • Configurá recordatorios diarios en tu teléfono.
  • Asociá la práctica a rutinas existentes (por ejemplo, después del café o antes de leer).
  • Si aparece mareo o incomodidad, reducí la cantidad de repeticiones o la duración.

Incorporar la respiración diafragmática a la rutina puede ser un aliado natural para el bienestar físico y mental, mejorando el foco, la relajación y la gestión del estrés cotidiano.

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