El técnico pidió a sus jugadores y a los hinchas dejar el alma para alcanzar una histórica final de Copa Libertadores. Racing buscará revertir el 0-1 ante Flamengo en un Cilindro que promete ser una caldera.

Con alma y vida. Así quiere Gustavo Costas que salga su equipo a jugar esta noche en Avellaneda, en la revancha de semifinales de la Copa Libertadores ante Flamengo. Racing está herido, pero no vencido. Y su entrenador lo sabe: para alcanzar una final histórica —la segunda de su historia, tras el título de 1967—, será necesario ofrecer “el corazón y hasta lo que no se tiene”.

El Cilindro de Avellaneda se prepara para una noche épica. Costas lo pidió sin vueltas:

“Este partido lo empezamos a dar vuelta ahora. Se gana adentro y afuera. Que el Cilindro explote. No importa si hay sanciones o multas”,
disparó el técnico, quien no sólo dirige: también vibra como el hincha número uno.

Un rival gigante, una fe intacta

El desafío es monumental. Flamengo, con su plantel millonario y figuras de renombre, llega con una ventaja mínima (1-0) obtenida en el Maracaná. Pero en Avellaneda, el ambiente promete ser hostil: Racing confía en la mística de su gente y en un equipo que, según su técnico, “ya demostró carácter cuando más lo necesitó”.

En Brasil también lo saben. Desde Río de Janeiro, referentes del “Fla” como Jorginho, De Arrascaeta y Filipe Luiz reconocieron que el aspecto mental será la clave de la serie: “La presión será enorme”, admitieron.

Los once del alma

Racing formaría con: Cambeses; Mura, Colombo, Rojo, Rojas; Nardoni, Zuculini, Almendra; Solari, Maravilla y Conechny (o Balboa).
Por su parte, Flamengo presentaría: Rossi; Varela, Leo Ortiz, Leo Pereira, Alex Sandro; Jorginho, Pulgar, Saúl; Carrascal, Plata y De Arrascaeta.

Una noche para la historia

El equipo de Costas no sólo jugará una semifinal: buscará escribir un capítulo eterno.
El Cilindro arderá. El rival es poderoso. Pero la fe racinguista —esa que se alimenta de mística y sufrimiento— ya está lista para dar batalla.