El pan de nuez es una de esas preparaciones que combinan lo mejor del pan tradicional con el toque especial de los frutos secos. Con nueces trozadas en su interior, ofrece una textura crocante y un sabor único, entre dulce y amargo, que lo convierte en una opción versátil para cualquier momento del día. Puede prepararse como pan rústico, en forma de budín o incluso en versiones más suaves estilo pan de molde.

Un poco de historia

Si bien no existe una fecha precisa de invención, el pan de nuez comenzó a popularizarse en Europa Central entre los siglos XVIII y XIX, cuando la incorporación de frutos secos a las masas se volvió una costumbre para enriquecer la dieta y aportar energía en los meses fríos. En países como Alemania, Suiza y Francia, se transformó en una receta con valor festivo, presente en celebraciones y mesas familiares.

Receta de pan de nuez

Ingredientes:

• 500 g de harina 000
• 10 g de sal
• 15 g de levadura fresca (o 5 g seca)
• 300 ml de agua tibia
• 2 cucharadas de miel (opcional)
• 80 g de nueces picadas
• 30 ml de aceite de oliva

Preparación:

1. Disolver la levadura en el agua tibia junto con la miel.
2. Agregar la harina, la sal y el aceite. Amasar hasta obtener una masa suave.
3. Dejar reposar en un bol cubierto durante 1 hora, hasta que duplique su tamaño.
4. Incorporar las nueces picadas y amasar suavemente para distribuirlas.
5. Formar un pan redondo o alargado y colocar sobre una placa enharinada.
6. Dejar levar nuevamente por 30 minutos.
7. Hornear a 200 °C durante 30 a 35 minutos, hasta que la corteza esté dorada.

Consejos para un pan de nuez irresistible

• Tostar las nueces antes de incorporarlas realza su sabor.
• Podés sumar pasas de uva o semillas para hacerlo más nutritivo.
• Si preferís una miga más tierna, reemplazá parte del agua por leche.

El pan de nuez no solo es delicioso para acompañar desayunos o meriendas, también es perfecto para quesos, ensaladas o tablas de fiambres, aportando un toque artesanal y distinto.