Brigitte Bardot, una de las figuras más influyentes y reconocibles del cine francés y de la cultura popular del siglo XX, murió a los 91 años. La noticia fue confirmada este domingo por la Fundación Brigitte Bardot, la organización que la actriz creó y presidió tras retirarse definitivamente de la actuación para dedicarse a la defensa de los animales.

“Con inmensa tristeza”, la fundación anunció el fallecimiento de su fundadora, a quien definió como una actriz y cantante de renombre mundial que decidió dejar atrás una carrera brillante para volcar su vida y su energía al bienestar animal. En el comunicado, Bardot fue recordada no solo por su legado artístico, sino también por su firme militancia ética y ambiental.

El fallecimiento se produjo luego de varios meses marcados por un delicado estado de salud. En octubre de este año, medios franceses habían informado que la actriz fue sometida a una intervención quirúrgica por una enfermedad grave y que su condición era delicada. En ese contexto, permaneció internada durante tres semanas, antes de regresar a su residencia de Saint-Tropez, donde continuó su recuperación.

Nacida en septiembre de 1934 en París, Brigitte Bardot alcanzó la fama a muy temprana edad y se convirtió en un símbolo global de belleza, sensualidad y libertad. Su imagen marcó una época y trascendió la pantalla grande para transformarse en un verdadero fenómeno cultural, influyendo en la moda, la música y las costumbres de varias generaciones.

Tras retirarse del cine en la década del 70, Bardot eligió un camino poco habitual para una estrella de su magnitud: dedicó su vida a la protección de los animales, una causa que defendió con pasión y firmeza hasta sus últimos días. Su legado, así, quedó dividido entre el arte que la consagró y el compromiso social que definió su madurez.

Con su muerte, Francia y el mundo despiden a una figura irrepetible, cuya huella permanece viva tanto en la historia del cine como en la lucha por los derechos de los animales.