El presidente Javier Milei deberá resolver en las próximas horas si avanza con el veto de tres leyes clave: la emergencia pediátrica, el financiamiento universitario y la distribución automática de los Adelantos del Tesoro Nacional (ATN), impulsada por los gobernadores. El plazo vence este jueves y, de no haber definición, las normas quedarán automáticamente promulgadas, según establece la Constitución.
El dilema llega en un momento crítico para el oficialismo, tras la derrota en la provincia de Buenos Aires, el escándalo por los audios de Diego Spagnuolo, la suba del dólar y una campaña legislativa que se desarrolla en medio de una fuerte debilidad parlamentaria.
La tensión con las provincias
La ley de reparto de los ATN elimina la discrecionalidad política en la asignación de esos fondos y establece un mecanismo automático de distribución según los coeficientes de coparticipación. El esquema fija un 41,2% para la Nación y un 58,8% para las provincias, lo que representa, según estimaciones de los mandatarios provinciales, apenas un 0,03% del PBI.
Los gobernadores advirtieron que un eventual veto sería una “declaración de guerra”, en un contexto en el que Milei busca recomponer el diálogo con las provincias tras el golpe electoral. Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Ignacio Torres (Chubut), Gustavo Valdés (Corrientes), Carlos Sadir (Jujuy) y Claudio Vidal (Santa Cruz), integrantes del bloque de Provincias Unidas, ya se pronunciaron en contra de un rechazo presidencial.
El frente universitario y la emergencia pediátrica
La ley de financiamiento universitario, sancionada en el Senado el 22 de agosto, establece un esquema progresivo que eleva la inversión hasta el 1,5% del PBI en 2031 y contempla fondos para salarios, infraestructura, becas y carreras estratégicas. Desde la Universidad de Buenos Aires, autoridades y decanos difundieron un video reclamando su reglamentación inmediata.
Por su parte, la emergencia pediátrica, que incluye el sostenimiento del Hospital Garrahan, obtuvo una mayoría de 62 votos en el Senado, superando los dos tercios, lo que complica al Ejecutivo: un eventual veto podría ser revertido por la oposición en el Congreso.
Un equilibrio frágil
En su reciente visita a Los Ángeles, Milei había denunciado que el Congreso “intenta lanzarnos un misil fiscal” para forzar un aumento del gasto público y debilitar al Gobierno de cara a las elecciones. Sin embargo, cada nuevo veto expone al Ejecutivo al riesgo de que la oposición insista con dos tercios de los votos, lo que significaría una nueva derrota política en plena campaña.
Mientras tanto, el oficialismo insiste en sostener su “muralla fiscal” como garantía del equilibrio macroeconómico, aun a costa de profundizar la confrontación con los gobernadores y con sectores clave como el universitario y el pediátrico.
Fuente: medios/ámbito
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