Las ventas de juguetes durante la Navidad 2025 registraron una caída del 6,9% en unidades en comparación con el mismo período del año anterior, según un informe de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ). Si bien el dato confirma un escenario de retracción del consumo, desde el sector destacaron que el descenso fue menor al proyectado inicialmente.

El informe refleja un contexto marcado por decisiones de compra más racionales, con presupuestos familiares orientados principalmente a cubrir gastos esenciales. Aun así, el desempeño de diciembre mostró una leve mejora respecto a los meses previos.

El presidente de la CAIJ, Matías Furió, señaló que las ventas de diciembre superaron las expectativas, especialmente en relación con noviembre, que había mostrado una baja fuerte e inesperada. Indicó que los días previos a Nochebuena evidenciaron una recuperación en el ritmo de ventas, aunque insuficiente para compensar la caída acumulada tras el Día del Niño y en los meses posteriores.

Desde la cámara remarcaron que el sostenimiento de la actividad estuvo fuertemente ligado a las promociones y al regreso de los planes de financiación. En un escenario de baja de tasas, las compras en cuotas resultaron claves para impulsar el consumo. En paralelo, se consolidó el uso de medios electrónicos: tarjetas, billeteras virtuales y otros sistemas digitales concentraron cerca del 95% de las transacciones, mientras que el uso de efectivo fue prácticamente inexistente.

En cuanto a los canales de venta, las operaciones online representaron alrededor del 25% del mercado total. No obstante, se mantuvieron estables y sin el crecimiento registrado en años anteriores. Desde la CAIJ atribuyeron este comportamiento al avance de plataformas internacionales como Temu y Amazon. En contraste, el comercio físico tradicional sufrió una caída cercana al 10%, impactando de manera directa en el resultado global del sector.

Respecto a los precios, la cámara destacó el buen desempeño del juguete nacional, cuyos fabricantes mantuvieron valores estables durante todo el año. En cambio, cuestionaron a la oferta importada por presentar precios distorsionados, falta de coherencia comercial y, en algunos casos, problemas de calidad, lo que generó confusión y desconfianza entre los consumidores.

La disparidad de precios se reflejó en los tickets promedio: en supermercados rondaron los $10.000, en jugueterías de barrio alcanzaron los $19.000 y en cadenas especializadas llegaron hasta los $45.000, principalmente en productos de mayor valor o con licencias.

Finalmente, según consignó Perfil, el informe indicó que el mercado mostró una marcada polarización. Los juguetes de bajo precio y alta rotación concentraron la mayor parte de las ventas, mientras que los productos de alto valor y vinculados a grandes franquicias registraron una rotación muy baja, en un contexto general de consumo retraído.