2 de agosto de 2025

Huevos en la dieta: ¿mejor en el desayuno o en la cena?

Considerado una de las mejores fuentes de proteína completa, el huevo se consolida como un alimento versátil, saludable y fácil de incorporar en cualquier comida del día. Aunque durante años se debatió si era mejor comerlo en el desayuno o la cena, especialistas coinciden: no existe un momento ideal único para aprovechar sus beneficios.

Cada huevo aporta aproximadamente 75 calorías, 6 gramos de proteína y 5 gramos de grasa, además de ser rico en vitaminas A, D y B12, hierro, selenio y colina, nutriente esencial para la salud cerebral. Su capacidad para generar saciedad y colaborar en el mantenimiento de la masa muscular lo convierte en un aliado tanto para deportistas como para quienes buscan controlar su peso.

¿A qué hora conviene comerlo?

Según la Harvard T.H. Chan School of Public Health, el horario no determina la efectividad del huevo, sino la regularidad y el contexto nutricional en que se lo consume. Aun así, diversos estudios señalan que incluirlo en el desayuno ayuda a reducir la ingesta calórica diaria, ya que brinda sensación de plenitud por más tiempo.

Por otro lado, comer huevos en la cena también es saludable, siempre que se eviten los acompañamientos altos en grasas saturadas o sodio, como embutidos o quesos curados. En su lugar, se recomienda combinarlos con vegetales y panes integrales.

¿Y el colesterol?

El mito del colesterol fue despejado por estudios recientes: el colesterol dietético del huevo no incrementa el riesgo cardiovascular en personas sanas, según la Mayo Clinic y la American Heart Association. El riesgo suele estar en los agregados poco saludables, como panceta o manteca.

La recomendación general es hasta un huevo al día dentro de una dieta equilibrada. Aquellos que obtienen colesterol de otras fuentes pueden optar por mezclar huevos enteros con claras, manteniendo su valor nutricional.

Preparación: clave para su beneficio

La forma de cocinar los huevos también influye. Lo ideal es evitar frituras y optar por técnicas más saludables, como hervidos, pochados, revueltos con poca grasa o tortillas con verduras. Estas formas no solo conservan sus nutrientes, sino que también facilitan la digestión y reducen riesgos bacteriológicos.

Platos como el clásico “omelette de vegetales” o un “horneado de huevos con espinaca y pan integral” pueden servir tanto para un desayuno nutritivo como para una cena liviana.


Conclusión: no importa si se consumen por la mañana, al mediodía o en la noche. Los huevos son saludables en cualquier horario, siempre que se integren de forma inteligente y equilibrada al resto de la alimentación.

Fuente: medios/Infobae

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