14 de junio de 2025

El secreto para unas papas fritas perfectas crujientes está en tu alacena

¿Quién se puede resistir a unas papas fritas bien hechas? Doradas, crocantes por fuera, suaves por dentro y con ese toque justo de sal… Pero seamos sinceros: hacerlas así en casa no siempre es fácil. Muchas veces terminamos con papas blandas, demasiado aceitosas o sin ese «crunch» irresistible.

Pero hay un truco que puede cambiar todo, y lo mejor es que no necesitás ingredientes raros ni técnicas de chef profesional. Solo algo que seguramente ya tenés en casa: vinagre.

Así es, ese mismo vinagre que usás para la ensalada puede ser tu mejor aliado para lograr papas fritas dignas de restaurante. ¿El motivo? Actúa sobre el almidón de la papa, ayudando a que no se deshagan durante la cocción y evitando que absorban tanto aceite.

🧪 ¿Cómo funciona?

El vinagre ayuda a mantener intacta la estructura del almidón, formando una especie de capa en la superficie de la papa. Esta capa funciona como un escudo: evita que la papa se ablande demasiado y permite que se dore de manera uniforme, logrando ese resultado crocante que todos queremos.

👨‍🍳 ¿Cómo se hace?

Muy simple. Seguí estos pasos:

  1. Cortá las papas en bastones del mismo grosor para una cocción pareja.
  2. Sumergilas en agua fría con un buen chorro de vinagre (puede ser blanco o de manzana).
  3. Dejalas reposar unos 30 minutos.
  4. Escurrilas y secá bien con papel absorbente.
  5. Freílas en aceite caliente hasta que estén doradas y crujientes.

¡Y listo! Vas a notar la diferencia desde el primer bocado: papas más firmes, menos aceitosas y con una textura perfecta.

¿Te animás a probarlo? Después contame cómo te salieron 🍟😉