Con profunda devoción y bajo el lema “Milagro, camino del encuentro y la esperanza”, miles de fieles participaron de la histórica procesión y renovación del Pacto de Fidelidad con los Santos Patronos, el Señor y la Virgen del Milagro.

El gobernador Gustavo Sáenz, acompañado por su esposa Elena Cornejo, se unió al pueblo salteño en una de las manifestaciones de fe más trascendentes de la provincia.

La ceremonia inició con el repique de las campanas y la salida de la Cruz Mayor, la Virgen de las Lágrimas, la Virgen del Milagro y el Señor del Milagro hacia la explanada de la Catedral. Desde allí, una multitud acompañó la procesión hasta el Monumento 20 de Febrero, donde se llevó a cabo el acto central, presidido por el arzobispo de Salta, monseñor Mario Cargnello.

El mensaje de esperanza de monseñor Cargnello

Durante su homilía, el pastor llamó a la comunidad a mantener viva la esperanza en un mundo “marcado por las guerras, los desencuentros y las promesas incumplidas”. Enfatizó la importancia de sembrar paz desde cada familia y de educar a niños y jóvenes en valores de respeto, alejándolos de la violencia, el alcohol y las drogas.

Dirigiéndose a la juventud, los alentó a no perder protagonismo: “No nos acostumbremos a la violencia callejera ni a ver a jóvenes que mendigan la vida. Vivan este año de la esperanza como auténticos protagonistas”.

A la clase dirigente le pidió unidad y respeto: “Basta de insultos. Nuestro pueblo merece ver que nuestros dirigentes se respetan. El pacto que celebramos cada 15 de septiembre debe ser el comienzo de una nueva oportunidad”.

Renovación del Pacto de Fidelidad

En uno de los momentos más emotivos, monseñor Cargnello encabezó la renovación del Pacto de Fidelidad, pronunciando: “Prometemos que Vos, dulce Jesús, serás siempre nuestro y que nosotros seremos siempre tuyos. Extiende tus brazos sobre este pueblo y la nación argentina para protegernos y guiarnos”. También encomendó a la Virgen María como protectora y abogada de los salteños.

Cierre de la celebración

Tras la entonación del Himno Nacional a cargo de la banda militar “Coronel Bonifacio Ruiz de los Llanos”, las Sagradas Imágenes emprendieron su regreso a la Catedral Basílica. Fueron recibidas con repiques de campanas y una lluvia de pétalos, mientras los pañuelos de los fieles las despidieron entre emoción y gratitud hasta el próximo año.

La celebración concluyó con la bendición con indulgencia plenaria otorgada por monseñor Cargnello en este Año Santo, quien agradeció especialmente a todos los que hicieron posible esta fiesta de fe, incluyendo al Gobierno provincial representado por el gobernador Sáenz.