Efectos de los vientos cálidos y secos en la salud

Efectos del viento Zonda y Norte en la salud: recomendaciones del Ministerio de Salud

En esta época del año, es habitual la llegada de vientos cálidos y secos al territorio provincial, como el Zonda —también conocido como «Toro»— y el viento Norte. Estos fenómenos meteorológicos, originados en otras regiones, provocan cambios bruscos en el clima local que pueden afectar significativamente la salud de la población.

Efectos en la salud

Los principales síntomas y afecciones relacionadas con estos vientos incluyen:

• Deshidratación: La temperatura elevada aumenta la evaporación del agua corporal, lo que genera pérdida de líquidos, sequedad en la piel, labios agrietados y sed intensa.
• Irritación respiratoria: El viento transporta polvo y alérgenos que afectan las vías respiratorias, provocando tos, estornudos, congestión nasal y dificultad para respirar, sobre todo en personas con asma u otras afecciones respiratorias.
• Dolor de cabeza: Los cambios abruptos de presión atmosférica pueden desencadenar cefaleas.
• Malestar general: Incluye fatiga, mareos, náuseas, sensación de incomodidad e incluso vómitos o calambres.

Además, se han registrado alteraciones emocionales y psicológicas, como irritabilidad, impulsividad y agresividad. En personas con epilepsia o esquizofrenia, estos vientos pueden intensificar los síntomas.

Signos de alerta

Prestar atención a los siguientes síntomas puede ayudar a prevenir cuadros graves:

• Dolor de cabeza persistente
• Fatiga y somnolencia
• Sed intensa
• Náuseas y vómitos
• Calambres musculares
• Sudoración que cesa repentinamente
• Respiración agitada
• Convulsiones

Ante cualquiera de estos signos, se recomienda acudir al centro de salud más cercano o comunicarse con el Sistema de Emergencias 911 (si está disponible).

Recomendaciones para cuidarse

El Ministerio de Salud Pública brinda las siguientes recomendaciones para reducir los riesgos:

• Beber agua en forma constante, en pequeños sorbos, a lo largo del día.
• Evitar comidas calóricas o muy abundantes. Preferir frutas, verduras y alimentos frescos.
• No consumir bebidas alcohólicas, dulces o infusiones calientes.
• Usar ropa liviana y de colores claros.
• Proteger la cabeza con sombrero o sombrilla, y aplicar protector solar.
• No realizar actividad física en ambientes calurosos.
• Ventilar los ambientes cerrados.
• Extremar cuidados en lactantes y niños pequeños, evitando lugares sin ventilación.
• Amamantar con mayor frecuencia; la madre debe consumir abundante agua fresca.
• En caso de mareo o desvanecimiento, acostar a la persona en un lugar fresco, bajo techo, y ofrecerle bebidas rehidratantes (no calientes ni azucaradas).
• Refrescar las muñecas con agua fría para aliviar el malestar.
• Asegurarse de que las mascotas también cuenten con agua suficiente.