23 de agosto de 2025

Deporte seguro: claves para cuidar tus articulaciones y ligamentos

El deporte de alto rendimiento plantea exigencias físicas extremas, y entre sus mayores riesgos se encuentran las lesiones ligamentarias, temidas tanto por atletas como por entrenadores y profesionales de la salud. Para conocer más sobre estas dolencias y sus causas, dialogamos con el licenciado en Kinesiología Rodrigo Amoroso, quien ofreció un enfoque integral sobre el tema.

Amoroso señala que el tipo de lesión está muy ligado a la disciplina practicada. En los deportes de equipo y de contacto —como fútbol, básquet, handball o hockey— son frecuentes las lesiones articulares, especialmente la ruptura del ligamento cruzado anterior (LCA), considerada una de las más graves debido a la prolongada recuperación que demanda. También son comunes los esguinces de tobillo y rodilla, los problemas meniscales y las lesiones del ligamento lateral interno, habitualmente provocadas por giros bruscos o impactos laterales.

En contraste, los deportes cíclicos como natación, remo o atletismo muestran menos incidencia de lesiones ligamentarias, pero sí una mayor presencia de lesiones tendinosas. El hombro, por su gran amplitud articular, también suele verse comprometido en actividades con movimientos repetitivos o de contacto, siendo vulnerable a luxaciones por caídas o golpes.

Factores de riesgo: internos y externos

“El concepto de prevención absoluta no existe. Lo que intentamos hacer es disminuir el riesgo lesional”, advierte Amoroso. Para ello, resulta clave distinguir entre factores intrínsecos y extrínsecos:

  • Intrínsecos: desbalances musculares, alteraciones posturales, antecedentes de lesiones previas, pie plano o cabo, diferencias en la longitud de las piernas, entre otros.
  • Extrínsecos: condiciones del entorno, como superficies de juego duras o irregulares, uso de calzado inadecuado, clima desfavorable o un nivel de juego excesivamente físico.

En este sentido, Amoroso explica que las lesiones rara vez tienen una sola causa. “Se trata de una sumatoria de situaciones que van acumulando riesgo. Un deportista con rodillas en valgo, debilidad muscular y enfrentando a un rival agresivo puede estar en una verdadera tormenta perfecta para una ruptura del LCA”, ejemplifica.

Prevención y trabajo en equipo

La mejor estrategia, según el especialista, es un abordaje multidisciplinario que contemple la evaluación individual de cada deportista. El fortalecimiento muscular, la corrección postural, el uso de calzado adecuado y la adecuada gestión de las cargas de entrenamiento son pilares fundamentales en la prevención.

Si bien nunca se puede garantizar que una lesión no ocurra, sí es posible reducir significativamente el riesgo para que el deporte siga siendo una práctica segura, saludable y disfrutable.

Fuente: medios

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